Estrellas del nuevo cielo
Estando por allí nadie iba a pensar en nada más que en lo que sucedía. Una noche espléndida, una luna brillante colgaba de aquel nublado cielo, no parecían existir las estrellas. Uno tras otro iban pasando los fantasmas del recuerdo, las palabras del cielo en la tierra. Aquel infierno estaba encantador , envolviendo en sus llamas todo lo que había alrededor, amantes, hombres de bien (y de mal también), locos y cuerdos por demás que solo disfrutaban de ese momento. Nunca nadie imagino que dos almas podrían abrazarse a las estrellas desde un lugar donde el cemento y el pasto se juntan como hermanos. Nadie creyó en ese momento incondicional, donde lo que se veía era la pasión de un momento a otro, del carpe diem . Pasaban los segundos, pasaban los minutos, no se si han llegado a pasar las horas en ese bello paisaje de ciudad, uno que no se ve todos los días. Esqueletos paseando por la calle como aguas danzantes al ritmo envolvente de cualquier instrumento que se diera a conocer en esos in