¿Quién sos?

¿Qué tanto se pierde segundo a segundo?¿Qué tan rápido se puede ir todo lo que pensás irremediablemente al carajo?¿Qué tanto valés?¿Sos por vos mismo o sos porque los demás dicen qué o quién sos? Basta de mentirte, de mentirle al mundo: da la cara. No te atrevas más a pensar que sos un as, no te atrevas más a pensar que sos quien trajo la salvación a este lugar: primero porque no sos nadie, segundo porque ese lugar se esfumo. Tanto has defendido a tu Dios, que te olvidaste de los que tenías alrededor, tanto creíste en vos mismo que te pisotearon, te dieron vuelta como una media, y ahora sos un servidor más... mejor dicho, sos un siervo más.
He vuelto, más duro que nunca, dispuesto a reflotarme, a volver a luchar por todo lo que aprecio, por todo lo que deseo. Dejar de lado el oscuro placer, que no es más que una efímera (odio que tan bella palabra haya sido tan devaluada por gente como vos, que tan en vano la usa) satisfacción, que se voló, que se excitó y luego perdió su vigor. El poder te ama... ah no... vos amás el poder, el poder que alguna vez tuviste, pero que creo que lo perdiste: tan buenito, tan santo, tan tan tan tan... tantas palabras en vano. ¿Quién te crees que sos? Sos lo que haces, es decir, que en este momento sos nada... No te culpo, es el sistema que te corrompe, pero no te dejás ayudar... no sé.
¿Quién te hizo lo que sos?¿Desde cuándo sos lo que sos? No lo recuerdo: ni siquiera me acuerdo desde cuándo soy lo que soy, pero poco me importa indagar sobre tu procedencia, ya que veo tu condición actual, la entiendo: entiendo que te perdiste de todo por nada, entiendo que tu poder se voló, entiendo que ya no sé si me podrías entender. No soy nadie como para analizar quién sos, aunque hago algo más que vos creo que soy (ojo, no me subo a ningún caballo, los pedestales te los dejo a vos, en tu falsa felicidad), porque sé que hago más que vos, y no hago solo por mí, hago por los demás: por los demás sacrificaría mis placeres bacanales, que día a día puedo tener, dejándome un poco de vida para algún recoveco del fin de semana, en el cual ya no quiero hacer mucho, porque perdí, o invertí mis energías en alguien más.
Basta de hablar como si fuera un Don Juan, o el gran santo, no lo soy, soy tan imperfecto como vos, como él, como ella, como TODOS. Sé que jamás vas a leer esto, está muy lejos de tu alcance este espacio de expresión, que no es cerrado ni privado como vos, es público y abierto. Lo único que pido es que dejes tu fama de lado, y te acuerdes de lo que representas en este mundo, que los que realmente tienen el PODER no los vas a ver jamás, y jamás vas a ser como ellos. Pero creo que es difícil de entender, es comprensible. Abrí los ojos, tu ceguera es muy natural.

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