Pequeñas historias de vida

Tiempo, solo tiempo. Un beso, un abrazo , un adiós. Un susurro al oído, un grito de alegría, de dolor. Un vacío lleno de nostalgia, un dolor incondicional, un futuro sin presente. Un amigo, un acompañante, un extranjero del alma. Un beso, un abrazo, un adiós. Tiempo, solo tiempo.
Tiempo, solo tiempo. Un beso, un abrazo, un adiós. Un estallido, una explosión, un obscuridad eterna. Un demonio, un ángel, un cielo obscuro, un infierno claro. Un intento de aislamiento, de alejamiento, un acercamiento. Un aliento, un grito. Un beso, un abrazo, un adiós. Tiempo, solo tiempo.
Tiempo, solo tiempo. Un beso, un abrazo, un adiós. Necesidad de hundirse en lo profundo, de tirarse de lo alto. Volar sin alas, abrazar sin brazos. Correr sin piernas, gritar sin boca. Escuchar sin oídos, ver sin ojos. Un beso, un abrazo, un adiós. Tiempo, solo tiempo.
Tiempo, solo tiempo. Un beso, un abrazo, un adiós. Ser, estar, permanecer... desaparecer. Fugaz, veloz, con precisión. Ver, oír, decir, sentir, gritar, apagar. Un apagón que se enciende. Un beso, un abrazo un adiós. Tiempo, solo tiempo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Estupefacientes

La risa del peón

Botija de ciudad